viernes, 8 de julio de 2016

Contra la melancolía

 Contra la melancolía
(Segundo asalto)


"Siempre se puede renacer".
Max Aub



Vas a volver de nuevo a permitirte
la autocompasión:
a sentir vergüenza retrospectiva
y mucha pena.

Vas a tener miedo
de haberte perdido
y de que nadie venga a buscarte.
Vas a recordar tus versiones peores,
a recrear cada detalle,
cada punzada y cada abismo
y vas a abandonarte hasta el fondo,
hasta no poder más de dolor,
hasta aburrirte de ser tan desgraciado.

Vas a mitificar las faltas.
Vas a enumerarlas una a una
y así
vas a mitificarte a ti mismo
caminando lentamente y pensando
en todo
lo que salió mal,
en todo lo que podía haber sido
y al final no fue.

Vas a recordar cada noche:
cada esperanza vana,
cada despedida.

Y luego
vas a convocar una vez más a todos
tus fantasmas.
Vas a pasar lista
en orden alfabético
o cronológico.
Vas a convocar una asamblea de fantasmas.
Y a presidirla.

Y vas a mirarlos en el centro de su nada,
a sus ojos vacíos.
Vas a apurar su abismo y tu nostalgia.
Y vas a decirles que bueno,
que ya estuvo bien,
que te hicieron mucha compañía
pero que ya puedes caminar solo,
que no los necesitas,
que te quiten sus garras
de sombra
de la garganta,
que pueden marcharse ordenadamente
y no volver más.

Y eso vale para todos ellos.
Para todos sin excepción ninguna.
Hasta para tu madre muerta vale.

Y ya después
-solo por fin de tantas soledades; vacío
de ese hueco inmenso que ocupaban-
será el momento de decirte,
que por fin lo has entendido
y vas a empezar de nuevo.

O mejor todavía:
que vas simplemente a empezar
de una vez.

Porque ya va siendo hora.